La nueva apuesta de la plataforma Star+ no deja indiferente a nadie.
Era la combinación explosiva por excelencia de los periódicos sensacionalistas: la exuberante rubia protagonista de ‘Baywatch’ y el baterista más lenguaraz que vivía del éxito alcanzado en los ochenta. Que si fue una relación conveniente, una estrategia publicitaria o un flechazo momentáneo: lo cierto es que Pamela Anderson ya era una estrella internacional, aunque tal vez poco consciente de su constante exposición, vinculada a un rockero tan egocéntrico como salvaje.
Un exceso de confianza les cobró factura. El naciente internet se convirtió en el escenario perfecto para difundir sin filtro un video erótico grabado en su intimidad, y el escándalo no se hizo esperar. Compitió en resonancia con el ‘Sexgate’ de Bill Clinton o la temeridad de Lorena Bobbit al cortarle el miembro a su pareja.
El desafío era inmenso para esta producción, que cuenta con la producción ejecutiva de Seth Rogen, Evan Goldberg, James Weaver y Alex McAtee por parte de Point Grey, y Megan Ellison, Sue Naegle y Ali Krug por parte de Annapurna. La serie está escrita por los productores ejecutivos Rob Siegel y DV DeVincentis, y dirigida por Craig Gillespie (Yo, Tonya, Cruella), inspirada en el artículo escrito en el 2014 por la periodista Amanda Chicago Lewis para la revista Rolling Stone.
Al no contar con la voz cantante de su protagonista y principal afectada, el reto era traer al presente el retrato de la privacidad, hoy tan valorada como socavada por voluntad propia, en un momento de la historia donde creías confiar un poco más en los demás. Y como en esa época todos los videos sexuales de los que hemos tenido noticia no han estado exentos de ironías sobre “lo fea que se ve” o “qué mal polvo”, como si hacerlo nos liberara de algún complejo. Tal cual como ocurrió recientemente con la filtración de videos de las cámaras de seguridad de la presentadora colombiana Ana Karina Soto y su esposo.
Haya o no un chantaje de por medio, la difusión de material sensible no despierta precisamente la solidaridad. Es más probable que exijan versiones extendidas del material gráfico e inunden las redes sociales con comentarios soeces.
Mientras la serie llega a esa conclusión, aunque pueda ser cuestionable su punto de vista más masculino y sus licencias creativas que incluyen un pene parlanchín, el resultado es un “true crime” que se juega su credibilidad en la recreación de los hechos, acertando notablemente en una Lily James completamente transformada en Pamela, la misma del bañador rojo, la melena al viento y la sonrisa mezcla de ingenuidad y picardía. Sebastian Stan la secunda en el papel de Tommy Lee y no dudo mucho que el original se sienta a gusto con su representación.
Para mi gusto, lo mejor es la banda sonora que emplea, que va desde Nine Inch Nails a Crystal Waters, ambientando de buena forma una fiesta noventera que salió mal. Aunque cause cierta incomodidad, “Pam & Tommy” quiere mostrar si aprendimos lecciones de ese penoso episodio. Cabe destacar que aún no hemos aprendido nada. Ni los medios, ni los adictos al porno, ni la sociedad entera.
La serie se puede ver en Latinoamérica en la señal de Star+ (sin mencionar que en España se ha podido ver en Disney+, una curiosa decisión para el voltaje que maneja esta producción) Recomendada de la temporada. Abajo dejo el trailer de la serie.
Imagen de portada: Cortesía Prensa Star+
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